Laura Masotto
La violinista y compositora italiana con formación en música clásica, Laura Masotto, comenzó a tocar a la temprana edad de cinco años, dada su pasión por el violín y por la música de Vivaldi y Paganini. Se graduó en el Conservatorio de Verona y comenzó su carrera musical a los 15 años.
Laura Masotto está activa hace casi 25 años publicando su álbum debut “Fireflies” (2019) en su sello Lady Blunt Records. En 2021, publica “WE”, por el sello alemán 7K! y este año el álbum “The Spirit Of Things”, también lanzado por el mismo sello.
Ha realizado conciertos junto a orquestas de cámaras y sinfónicas en toda Europa, además de componer bandas sonoras como el álbum “Here and Now” por Flipper Music. Además, ha grabado para Deutsche Grammophon y tiene discos en colaboración con otros(as) artistas.
Masotto en su objetivo de ampliar las tonalidades del violín y la viola, agrega los sintetizadores creando así nuevas texturas, junto a los tambores chamánicos que hacen la conexión entre la entre la espiritualidad de la tierra, los animales y los seres humanos a través de la música. Por ello, el título del álbum muestra una dimensión casi metafísica, dado el acercamiento que tiene la violinista con el chamanismo.
Agradecemos a Ed Benndorf de la Compañía de promoción musical Dense, establecida en Berlín, por gestionar esta entrevista y a Laura Masotto por aportarnos con su visión de la música.
Empezaste a tocar el violín desde muy joven. ¿Qué fue lo que te llamó la atención del sonido del violín y qué te motivó a componer tu propia música?
“Empecé a tocar un instrumento porque en mi casa todos tocaban algo, pero nadie tocaba un instrumento de cuerda y yo ya era fan de Vivaldi y Paganini desde los 5 años, me encantaba la música con violines, no he dejado de tocar desde entonces. Siempre compuse las melodías para las distintas bandas de punk/progresivo/rock en las que toqué y grabé arreglos para otros músicos pero en 2018 después de una larga gira teatral sentí la necesidad de tocar mi propia música, quería hacer mi propia gira y tomar mi música a los teatros, compré un looper y grabé mi primer disco ‘Fireflies’ (Lady Blunt Records, 2019)”.
El violín está en el centro de tus composiciones, sin embargo agregas sintetizadores y violín afectado. ¿Puedes explicarnos el rol de estos dos instrumentos en tu música?
«Solía experimentar con efectos en el violín con las pedaleras de unos amigos guitarristas en la sala de ensayo, para mí es muy fascinante escuchar el sonido de un instrumento de cuerda cambiado, para mí se convierte en un instrumento más y creo que poco se ha experimentado con el sonido del violín con efectos. Luego se convirtió en una pasión buscar sonidos, pedales que me gustaran para experimentar. Siempre me han gustado los sintetizadores, en casa de mis padres tenía un Prophet 8 de mi hermano que solía tocar, luego, cuando llegó la pandemia, compré un Prophet Rev y comencé a crear mi propio mundo electrónico que utilicé para crear capas de sonido para acomodar las melodías de los instrumentos de cuerda que estaba componiendo”.
¿Cómo surgió tu interés por las prácticas chamánicas y su conexión con tu música?
«La primera vez que hice un viaje chamánico estaba asistiendo a un curso de mantras, que vino después de un viaje a la India. El maestro me propuso una experiencia diferente, fue abrumador realizar ese primer viaje, conocí a mi animal guía y sentí la fuerza que puede tener un animal. Tengo cerca de casa uno de los centros chamánicos más importantes de Europa, siempre seguí su página web porque estaban traduciendo los escritos de la chamán estadounidense Sandra Ingerman, pero nunca era el momento adecuado para acudir a ellos, después de ese curso de mantras contacté con el centro chamánico y comencé a ir allí.
En enero hice un viaje a Guatemala con el hombre que nos guía en estas experiencias chamánicas y fuimos a conocer personas con grandes poderes curativos que viven en los bosques, eligiendo vivir en la pobreza como dicen, pero esto les significa vivir de su agricultura, estando agradecidos y contentos.
Hay un vínculo muy fuerte entre el chamanismo y la música, siempre estamos tocando tambores, cascabeles, cantando juntos. Todas son prácticas ancestrales que nos permiten estar más en contacto con la tierra y con nosotros mismos.»
¿Podrías ampliarnos respecto de tu búsqueda con la conexión entre la espiritualidad de la tierra, los animales y los seres humanos, a través de tu música?
“En mi viaje a Guatemala participé en varias ceremonias de fuego y en una de ellas conocí a un hombre muy iluminado que me confirmó que una de las formas más espirituales de conectar con la naturaleza es a través de la música. Incluso entre los seres humanos crea conexión y me di cuenta de lo desconectados que estamos los occidentales entre nosotros con el mundo de los animales y la naturaleza. Estas experiencias han cambiado profundamente mis propias percepciones, por eso elegí incluirlas en la música y hablar de ellas, porque creo que necesitamos grandes cambios en nuestra sociedad”.
¿Qué significa para ti tocar con una orquesta de cámara y sinfónica?
“Tan pronto como terminé mis estudios en el conservatorio, toqué durante mucho tiempo con orquestas de cámara y sinfónicas. Me emocionaba tocar en ese gran instrumento que se llama orquesta, estar en teatros sin público para ensayar, escuchar todos los instrumentos que te rodean. Desafortunadamente, el ambiente orquestal no es para mí, es demasiado clásico. Necesito experimentar con instrumentos y expresarme, ahora prefiero la música más moderna”.
La pieza «The Body Is a Tree» tiene percusión chamánica que induce al trance. ¿Qué significa que el cuerpo se convierta en árbol?
“Creo que el cuerpo es como un árbol, tengo un libro con enseñanzas chamánicas y en una página hay un ejercicio que requiere que levantes las manos hacia el cielo como ramas y sientas tus piernas como raíces que se adentran en la tierra y moverse como si viniera el viento. Hay un dibujo definido en esa página de un hombre árbol. He visto varios videos de chamanes en Mongolia entrando en trance con la ayuda del sonido de tambores chamánicos. El tambor con un ritmo muy rápido (alrededor de 180 bpm) para aumentar el ritmo cardíaco”.
¿No puedes contar sobre tus próximos pasos?
“Estoy en un momento afortunado en mi viaje musical, estoy llevando «The Spirit of things» en vivo en muchos lugares y festivales este año, puedo aprender mucho de esa manera. Esto también me permite escuchar tantos conceptos”.
Italian violinist and composer with classical music training, Italian Laura Masotto began playing at the young age of five, given her passion for the violin and the music of Vivaldi and Paganini. She graduated from the Verona Conservatory and began her musical career at the age of 15.
Laura Masotto has been active for almost 25 years, publishing her debut album “Fireflies” (2019) on her label Lady Blunt Records. In 2021, she releases “WE”, on the German label 7K! and this year the album “The Spirit Of Things”, also released by the same label.
She has performed concerts with chamber and symphony orchestras throughout Europe, in addition to composing soundtracks such as the album “Here and Now” for Flipper Music. In addition, she has recorded for Deutsche Grammophon and has albums in collaboration with other artists.
Masotto, aiming of expanding the tonalities of the violin and viola, adds the synthesizers, thus creating new textures, along with the shamanic drums that make the connection between the spirituality of the earth, animals and human beings through the music. For this reason, the album’s title shows an almost metaphysical dimension, given the violinist’s approach to shamanism.
Much appreciate the support of Ed Benndorf of Dense Promotion, the Berlin-based music promotion Company for arranging this interview, and to Laura Masotto for providing insight into her music.
You started playing the violin at a very young age. What was it about the sound of the violin that caught your attention and what motivated you to compose your own music?
“I started playing an instrument because everyone in my house played something, but no one played a stringed instrument and I was already a fan of Vivaldi and Paganini at the age of 5, I loved music with violins, I haven’t stopped playing since then. I always composed the melodies for the various punk / progressive / rock bands I played in and recorded arrangements for other musicians but in 2018 after a long theatre tour I felt the need to play my own music, I wanted to do my own tour and take my music to the theatres, I bought a looper and recorded my first record ‘Fireflies’ (Lady Blunt Records, 2019).”
The violin is at the center of your compositions, however you add synthesizers and affected violin. Can you explain to us the role of these two instruments in your music?
«I used to experiment with effects on the violin with the pedalboards of some guitarist friends in the rehearsal room, it’s very fascinating for me to hear the sound of a stringed instrument change, for me it becomes just another instrument, and I think little has been experimented with the sound of the violin with effects yet. Then it became a passion for me to look for sounds, pedals that I like, to experiment. I’ve always liked synthesizers, at my parents’ house I had a Prophet 8 of my brother’s and I used to play it sometimes, then when pandemic came I ordered a Prophet Rev, I started to create my own electronic world that was used to create sound layers to accommodate the melodies of the string instruments I was composing.”
How did your interest in shamanic practices and its connection to your music arise?
“The first time I went on a shamanic journey I was attending a mantra course, which came after a trip to India. The teacher proposed a different experience, it was overwhelming to go on that first journey, I met my guide animal and I felt the strength that an animal can have. I always had close to home, one of the most important shamanic centres in Europe, I always followed their website because they were translating the writings of the American shaman Sandra Ingerman but it was never the right time to go to them, after that mantra course I contacted the shamanic centre and started going there.
In January I took a trip to Guatemala with the man who guides us in these shamanic experiences and we went to meet people with great healing powers who live in the forests, choosing to live in poverty as they say, but this means living off their agriculture, being grateful and content.
There is a very strong link between shamanism and music, we are always playing drums, rattles, singing together. They are all ancestral practices that allow us to get more in touch with the earth and ourselves.”
Can you please expand on your search for a connection between the spirituality of the earth, animals, and human beings through your music?
“On my trip to Guatemala, I participated in several fire ceremonies and in one of them I met a very enlightened man who confirmed to me that one of the most spiritual ways to connect with nature is through music. Even between human beings it creates connection, and I realized how disconnected we westerners are with each other and with the world of animals and nature. These experiences have profoundly changed perceptions within me, which is why I chose to include them in music and talk about them because I think we need big changes in our society.”
What does it mean to you to play with a chamber and symphony orchestra?
“As soon as I finished my conservatory studies, I played with chamber and symphony orchestras for a long time. It excited me to play in that big instrument called an orchestra, to be in theaters with no audience to rehearse, to listen to all the instruments around you. Unfortunately, the orchestral environment is not for me, it is too classical. I need to experiment with instruments and express myself, I prefer more modern music now.”
The piece «The Body Is a Tree» has trance-inducing shamanic percussion. What does it mean for the body to become a tree?
“I think the body is just like a tree, I have a book with shamanic teachings, and on one page there is an exercise that requires you to bring your hands up to the sky like branches and feel your legs like roots going into the earth and move like the wind is coming. There is a definite drawing on that page of a tree man. I have seen several videos of shamans in Mongolia going into trance with the help of the sound of shamanic drums. Doing some practices they use the drum with a very fast beat (about 180 bpm) to increase the heart rate.”
Can you please tell us about your next steps?
“I am at a fortunate time in my musical journey, I am taking «The Spirit of things» live in so many venues and festivals this year, I get to learn a lot that way. This is also allowing me to listen to so many concerts, and I love to hear what is happening on other stages. We all live in the same historical period, and everyone has their own way of expressing what they feel in music, I also like to observe the audiences of both my concerts and others, they are great moments of energy exchange that make us all feel more human, at least for me it is so.”